Mi nombre es Ihiruye Rebolledo, tengo 27 años y soy un estudiante egresado de la escuela de idiomas modernos y actualmente estudio una maestría en Ciencias Políticas en la misma universidad. Mi trabajo, es casualmente de productor nacional independiente (mi número de registro es el 15.988) y formo parte de una cooperativa llamada La Lata II en la que trabajo actualmente.
Te cuento que he pasado un día sumamente difícil por los acontecimientos que suceden en mi ciudad pues, como es tradicional en Mérida, los estudiantes deciden que deben tener vacaciones antes de terminar el periodo estipulado y comienzan a destrozar la ciudad a diestras y siniestras con el fin de obligar al Rector (actualmente es Bonucci pero en realidad ha pasado desde que tengo uso de razón) a cancelar las clases. Cada vez que las épocas vacacionales se acercan la ciudad se convierte en un campo de batalla donde reina la anarquía y el despotismo de unos pocos que por razones no conocidas por la mayoría, o mejor dicho, por casi nadie en la población merideña, se dedican a destrozar la ciudad.
Esta injusticia ha pasado impune por siempre (y no es muy difícil recordar el caso del violador Nixon Moreno entre otros), pero hay algo nuevo, algo que va creciendo en la población, en el venezolano y es que cada vez son más aquellos que quieren acabar con este guarimbeo’ y están molestas por esta actitud disque universitaria. Esto me ha llevado a la idea de usar mi medio de trabajo (producción audiovisual) para ayudar la mejora de la universidad (que llevo en mi corazón y es mi gran hogar) de la ciudad de Mérida, del país y por tanto del mundo. Y sé, como estudiante de maestría en Ciencias Políticas que no hay otra manera (al menos conocida) que a través del socialismo, y si, ha habido muchos fracasos de este sistema en la historia, pero en ninguno de ellos apareció nuestro amado presidente Chavez ni fue en el país precursor de revoluciones, libertad y libertadores… Venezuela! Nunca fue el socialismo de siglo XXI.
Entiendo muy bien que quizás, el proceso que actualmente vivimos está intoxicado con vicios sociales, educativos, corruptivos, etc. Pero sé también que esto es solo el comienzo no solo al desarrollo de nuestro amado país sino también a la emancipación humana en su totalidad. Pero estos son temas de mucha complejidad como para discutirlos en esta carta.
La razón de este comunicado es denunciar la falta de conciencia que ataca a la universidad de los Andes en Mérida. Y para expresarlo, comienzo contando esta anécdota.
Hoy, en la mañana, al terminar un examen, me enteré que en la comunidad del Amparo (que queda al frente de la facultad de Ciencias Forestales) los habitantes, cansados de no poder transitar libremente por SUS calles, de ver como estos personajes (que se hacen llamar estudiantes) destruyen la infraestructura de su comunidad quemando caucho en las avenidas (lo que deteriora el asfalto y hace huecos) tumban los postes de luz, dejan escombros y basura regada por todos lados, etc. Se organizaron y fueron en masa a sacarlos de la avenida, lo cual fue inmediato. Pero como a las 2 horas, los mismos estudiantes, llamaron refuerzos (es decir más vándalos –que por cierto es importante resaltar que aun la población merideña no sabe si de verdad son estudiantes o mercenarios pagados por ... quien sabe quién...-) y llegaron de nuevo, esta vez armados con chopos, vigas y recibiendo una recarga constante de piedras y cauchos para quemar de un carro Toyota corolla blanco. A todas estas, yo me dispuse a ir y documentar esta situación, pues actualmente trabajo en una producción que discute el libertinaje de expresión que hay en Venezuela (y sé que bien sabes a que me refiero -globovisón, pobres líderes publicistas escuálidos y demás miserables o ignorantes, depende de su situación-). Estando allí, pude lograr las tomas donde probaban lo chopos, destruían las aceras para sacar piedras de cemento y lograr huecos para impedir en tránsito y pues todas las demás acciones que un vándalo en anarquía puede hacer. Primeramente estaba con las personas de la comunidad del Amparo, a quienes entrevisté y me contaron cómo estaban asqueados por esta situación y después al retirarme, caminando solo por la calle, me agarraron entre tres de estos malandros (los llamados estudiantes) y, a unos escasos 100 Mts de la zona donde estaban reunidos, me golpearon con puños y piedras y fui despojado de mis equipos (cámara fotográfica, cámara de video), aún así, me dispuse a ir a hablar con ellos y tratar de recuperar mis equipos pero entre TODOS me lanzaron piedras y tuve que correr por mi seguridad…porque sí!, porque ellos así lo querían!, porque simplemente saben que son unos delincuentes y que usan harapos como capuchas solo porque son unos viles delincuentes, malandros, y que no están en lo más mínimo manifestando por razones dignas, lógicas y/o aceptables. Debo destacar, que este año ha sido más violentos que otros, pero es por la simple razón de que quieren dañar la navidad a todos, desestabilizando el país y así hacer creer que estamos mal… tal mal, que los aeropuertos están repletos, la venta de carros es exagerada, la inflación es en parte por el derroche de dinero de la gente y muchísimas otras razones bien conocidas por todos.
Pero, esta carta más que para hacer la denuncia, pues simplemente sé que no recuperaré mi cámara (que vale destacar que no fue financiada por nadie, ni regalada, sino por el contrario comprada con un esfuerzo tremendo de trabajo por mi y los demás integrantes de la cooperativa), sino para destacar varios hechos:
Primeramente creo que es necesario pensar quienes son de verdad estos miserables que son estudiantes pero no quieren estudiar, que son ciudadanos pero destruyen la ciudad y son ideólogos pero solo saben tratar con la brutalidad. Son esos mismos mamarrachos (y me disculpan el lenguaje pero hay palabras muy específicas para ciertos casos y este es uno de esos casos) que están en una huelga de hambre en Caracas y en otros estados (y no sé como porque en realidad son tremendos hambriados) que aparecen dando discursos humillantes sobre la participación estudiantil pero llevan décadas en la universidad por vagabundería, y que lo peor, no dejan estudiar, trabajar o simplemente transitar a aquellos que queremos hacerlo para contribuir con nuestro país, con nuestra sociedad. Entonces, destruyen los semáforos, se crean colas, y milagrosamente es culpa de Chavez; dañan las calles, los carros se deterioran y también es culpa de Chavez; pero “que ni se le ocurra al presidente intervenir a las universidades” dicen ellos; pues claro, porque no es culpa del Comandante en jefe, es simplemente parte de ese vicio de la comodidad de élites que usan a pobres ignorantes o mal educados como mercenarios o carne de cañón. Esos mismos que me quitaron la cámara y que seguramente estarán mañana en las calles paralizando una vez más la ciudad de Mérida. Esto me lleva a preguntar dos cosas.. primero… como estos andrajosos pueden quejarse de falta de libertad de expresión cuando están en las calles, no solo manifestando sus inquietudes (si es que existen de verdad) sino destruyendo lo que nosotros, los ciudadanos comunes, normales pagamos con impuestos o el Estado paga con las afortunadas riquezas que tiene el país. Quien tiene falta de libertad de expresión… ellos que hacen y deshacen o nosotros, los que queremos salir a grabar estas barbaries, los que queremos preguntar por qué carajo hacen estas idioteces? Como le ocurre a los mismos de Avila TV y muchos otros canales…
Otro punto a tratar sería, por qué esto se deja pasar? Cuando le hice esta pregunta a un policía (lamentablemente con la cámara que me robaron estos delincuentes) me respondió: “nosotros queremos darle palo a esos bichos, pero debemos esperar ordenes del gobernador, que no las da porque anda de vacaciones en Margarita”… Esto Mario.. me disculpas pero es $·!”@)&/%$ &”$&%$/… pa decirlo como en las comiquitas! Pero esto, me parte el corazón, porque nosotros, los que creemos en el socialismo, que comprendemos el Comunismo porque lo hemos estudiado y sabemos que es el camino a tomar, nos desesperanzamos a ver como la revolución se está desmoronando pero desde adentro. Teniendo un gobernador oficialista, habiéndolo elegido, y sabiendo como el presidente se desvive cada día por trabajar por su país, como trabajamos algunos por esta revolución, no la de Chavez, la Revolución Bolivariana, la de Venezuela, puedan haber gobernadores que se van de vacaciones a Margarita y abandonan la ciudad en este estado. Como tú muchas veces haces saber en tu programa, la revolución, si llegara a acabar, será por la hipocresía de sus participantes. Y eso, eso me descorazona, me preocupa, y simplemente me tiene escribiendo este correo para ver si puedo hacer algo más que sentarme a resignarme que el país esté en peligro de desmoronarse solo por capricho de algunos, flojera de otros, vicios de muchos!
Quizás el otro punto sería, cuanto más deben los ciudadanos vivir, soportar, ver, para darse cuenta que no es Chavez el responsable de Venezuela, el presidente es NUESTRO representante, y hasta que nosotros, los ciudadanos, no demos punto y final a esta anarquía, hasta que no hayan revoluciones honestas, por más pequeñas que sean, en cada parte de nuestro país, nuestros barrios, nuestro corazón, nunca podremos estar bien, nunca lograremos la plenitud humana, ni del sistema, ni de nada, nada!
Así, llego a la finalidad de esta carta. Es una carta para pedirles a todos, a los comunes, a nosotros los despiertos que trabajemos, que nos organicemos para parar esta anarquía, para esta desfachatez que a todos nos afecta, para reclamar nuestros derechos, no como prioridades sino como esos derechos que comienzan donde terminan los de los demás y terminan donde comienzan los de otros. Para pedirle a los aún no despiertos que despierten, por la plenitud de sus vidas, su salud, su país. Para ofrecerme en lo que necesiten de mi, de nuestra cooperativa. Y para felicitar actividades como la Hojilla que cargan muchísimo de ese peso laboral solo para hacer de este mundo un mundo mejor.
Para finalizar me disculpo, por mi lenguaje soez y la falta de precisión de muchos de los temas solo nombrados en esta carta, pero estoy aún alterado por el ultraje a mi persona de esta tarde y ahora por pensar cuál será el estado de mi seguridad al caminar por las calles o al ir a la misma universidad. Pero si ese el el precio que debo pagar por la verdad, por un mundo más justo y por la realización del socialismo del siglo XXI.. Por esta revolución Bolivariana lo asumo no solo como mi responsabilidad sino como un valor que me enorgullece y me hace sentir HUMANO.
Sin más que añadir, te doy las gracias por leer esta carta .
Un saludo y abrazo revolucionario…
Patria, socialismo o Muerte! Será inevitable… Venceremos!
